
Esos silencios a ratitos, tan necesarios, tan de cobijo, solo tuyos, siempre míos.
Dame ganas de escribir, de mirar tu semblante serio y hacerte sonreir.
Y dame suerte en mi camino, para vivir mucho, para buscarle a todo algún sentido.
Porque siento que si ahora muero, no se si sabrás lo que te he querido.
No se si te quedará ese cariño y ese vacío de necesitar más.
Y yo quiero darlo todo, antes de haberme ido.
Que quiero alumbrarte entero, y seguir soñándote lento.
Y ese mar, ese sol y esa luna, que todo callan de esas noches, que nos mantenían ocultos, siempre escondidos.
Y es que realmente, ¿sabes tú, lo que yo pido?
A mi, dame paz, dame calma, dame amor, cariño mío.