
Luego nos miramos, ya no hay mucho más. Volveremos a encontrarnos, habrá otro momento para cogerte fuerte y que me vuelvas a llevar.
Sé que deseas besarme.
Sabes que te besaré.
Siempre habrá un momento, la seguridad de que es ese instante preciso y propiciado para un beso. Y me besarás y romper así la eterna monotonía de no besarse, ni cogerse. Siempre tan fuerte que sabes que en cualquier momento te romperias y aun así no te sueltas. Aun así, aprietas más.
Buscaré tu delirio, tu agonía, tu momento para hacerlo único e inolvidable y que, lo más bello sea vernos de nuevo.
Recurrirás a la paciencia.
Rezarás para que no se haga eterno.
Y al final del día, sé que sonreiras. No es hacerse imprescindible. Es hacerse especial.