La vida no es una carrera. Ni todo ha de ser supuesto, vencido, ni decidido, si no es por enriquecimiento.
Sentirse presionado. Desear que salga algo y no lograrlo. Participar, llegar a todo y acabar muriendo en el intento.
La vida no es una carrera y la historia no es hacer el viaje corriendo.
Me llega con saborearla, con sentirla en la piel y que me erice el cabello.
Me llega con saborearla, con sentirla en la piel y que me erice el cabello.
Prefiero pensar que me aburro, a sentir que me ahogo.
Porque del aburrimiento saldré pronto, llegará un silencio, una idea, esa imagen, que me recogerá del atontamiento.
Pero del ahogamiento no se si sabré salir. Y no me apetece que mueran
Porque del aburrimiento saldré pronto, llegará un silencio, una idea, esa imagen, que me recogerá del atontamiento.
Pero del ahogamiento no se si sabré salir. Y no me apetece que mueran
los sentimientos.
La vida no es una carrera, pero al final todos estamos corriendo. Y esto no es normal. No es sano. No es lo nuestro.